No es gratuito que la premio nobel estadounidense de Literatura, Tony Morrison, les haya confesado a sus amigos el ensayista Ariel Dorfman y el escritor Richard Ford que apoyaría a Barack Obama porque es un poeta. ¿Un poeta? respondieron sus amigos, sí un poeta insistió Morrison.
No es gratuito, digo, porque Morrison no hablaba solamente de las virtudes elocuentes y del impecable manejo del lenguaje de Obama, como lo destaca Ariel Dorfman en un artículo publicado en “Pagina 12”.
“Toni –dice Dorfman- no hablaba tan sólo de alguien elocuente, de alguien que amaba las palabras, es decir, que las consideraba amigas íntimas y carnales, sino de algo más: un ser humano animado por una visión trascendental, “a visionary”, nos dijo Toni ese domingo a fines de enero mientras atacábamos una buena merienda sureña acá, en Carolina del Norte”.
No es gratuito, igualmente, porque en la universidad, a los dieciocho años, el presidente de EE.UU. escribió poesía, textos que han sido ya traducidos al español y recibido comentarios favorables del famoso crítico Harold Bloom.
Y tampoco es gratuito porque después de que el mandatario pronuncie su discurso como nuevo presidente de Estados Unidos, la poeta Elizabeth Alexander tomará su lugar en el podio y leerá ante el mundo un texto que hablará del poder de la palabra como reveladora de la verdad y como impulso para el futuro.
Stephen Young, director de programa de la Poetry Foundation (Fundación Poesía) de EE.UU, ha dicho a la agencia AFP que la poesía "renueva nuestra atención al lenguaje y al poder del lenguaje", añadiendo que este género literario "puede ayudarnos a entender las cosas nuevas y a que renovemos la comprensión de las cosas que considerábamos ya sabidas".
"Elizabeth Alexander ha dicho una y otra vez que la poesía es un uso preciso del lenguaje, algo que quizás ha sido olvidado por nuestro gobierno en los años recientes", agrega Young. El olvido al que se refería no sólo se da en gobiernos tan poderosos como EE.UU. sino también en Europa y en América Latina.
Por su parte, en su artículo publicado en “Pagina 12”, Ariel Dorfman ha destacado: “En condiciones tan dramáticas, la existencia de una visión poética en un líder poderoso cobra su verdadera magnitud. Porque vislumbrar las palabras múltiples y claras con que lentamente vamos entendiendo lo que nos pasa hoy es indispensable para anticipar las soluciones para los difíciles años que se aproximan”.
¿Será este el comienzo de una nueva etapa de reivindicación del lenguaje, tan venido a menos por el predominio de la “imagen” y las abreviaturas usadas sin conciencia alguna en la tierra plana de Internet? Hablar de ambientalismo es también hacerlo de calidad de vida. Y calidad de vida significa igualmente “ecología de las palabras” “limpieza del lenguaje”. No se pide ni se censura el hecho de subvertir el mundo del lenguaje, sino se trata de asumir como válida la opción de ordenar –con el ejemplo- su desatado uso, para que el honor vuelva a la palabra y la palabra sea de nuevo palabra de honor.
Los poemas de Obama (versión libre, usted decide)
Pop
Sentado en su asiento, un asiento amplio y
Hundido, salpicado de cenizas
Pop cambia de canal, toma otro
Trago de ginebra Seagramas, seco, y pregunta
Qué hacer conmigo, un hombre joven, sin experiencia
Quien no logra tomar en consideración
Las difíciles trampas del mundo, ya que
Las cosas han sido sencillas para él;
Lo miro fijo a la cara, una mirada
Que se desvía en sus cejas
Estoy seguro que él no tiene conciencia de sus
Oscuros ojos, llorosos, que
miran en diferentes direcciones
Y sus lentos, incómodos, tics
No logran pasar desapercibidos
Escucho, estoy de acuerdo
Escucha, abre, hasta que me cuelgo de su pálida
Remera beige, gritando
Gritando en sus oídos, que cuelgan
Con pesados lóbulos, pero él sigue contando
Su chiste, así que le pregunto por qué
Es tan infeliz, y me responde...
Pero no me importa ya, porque
Demoró demasiado, y desde
Debajo de su asiento, saco
El espejo que he estado guardando; río
Me río fuerte, la sangre baja de su cara
A la mía, a medida que él empequeñece
Una mancha en mi cerebro, algo
Que puede haber sido exprimido como
Una semilla de melón entre
Dos dedos.
Pop toma otra trago, seco
Señala en su pantalón la misma mancha ámbar
Que tengo en el mío y
Me hace oler su olor, que viene
De él; cambia canales, recita un viejo poema
Que escribió antes de la muerte de su madre
Se para, grita, pide
Un abrazo, a medida que empequeñezco, mis
Brazos apenas alcanzan a rodear
Su grueso cuello, aceitoso, y su amplia espalda; porque
Veo su cara, enmarcada por
Los anteojos de marco negro de Pop
Y ahora, él también ríe.
Underground
Bajo grutas, cavernas de agua
Llenas de monos
Que comen higos
Pisando los higos
Que los monos
Comen, los aplastan
Los monos aúllan, desnudos
Sus colmillos, danzan
Tropiezan en
las aguas torrenciales
Húmedas lluvias, mojadas
Brillando en el azul
Imágenes de Obama con fondo de poema en portugués.
Poema de Elizabet Alexander en homenaje a Obama
(De "Contra Señas")
1 comentario:
Buen día Juan Carlos. Completamente válido lo que expresas. El poder, la trascendencia, la importancia, lo divino de las palabras... sin ir muy lejos te cito esa conocida frase: "una palabra tuya bastará para sanarme"...Con un par de palabras podríamos contribuir a mejorar muchas cosas...Y si hablamos de poesía, a través de ella podemos expresar cosas tan reales, tangibles y personales, que muchas veces nos sorprendemos nosotros mismos...Escuchando ahora a Elizabeth Alexander en la asunsión de Barack Obama, decía que la palabra más importante es "amor" y muchas veces olvidamos que en nuestra más pura esencia somos esa palabra de cuatro letras, que debería influir en todos los aspectos de nuestras vidas.
Un abrazo.
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