Desde Berlín, la poeta Roxana Crisólogo (Lima, 1966) nos envía algunos de sus últimos poemas, nacidos en La Paz, Bolivia, el año 2007. Crisólogo es una de las más importantes representantes de la poesía peruana aparecida en los años 90. Ha publicado los poemarios Abajo sobre el cielo (1999), Animal del camino (2001) y Ludy D (2006). Es coautora de la antología de poesía escrita por mujeres sobre la violencia política en el Perú, Memorias in santas (2007) y de los proyectos de videopoesía Poéticas visuales de la resistencia y Poéticas visuales del exilio (2007 y 2009), un adelanto de su último poemario Trenes acaba de aparecer en la editorial cartonera PoesíaconC (Mälmo, 2009).
hace semanas que me confundo
con el olor de las frituras
el aroma de las frituras
los hígados las entrañas
restos
que veo empequeñecer en un aceite magro
y agradezco con una sonrisa
desde hace días que prometí
comprarle cualquier cosa
a quien acepte jugar con mi hija
enséñenle a jugar fulbito
que empuje
que corra
que se eche al barro
que aprenda a respirar
que caiga
hace semanas
una muchacha me ofrece
un trueque a cambio de su amistad
y la falta de oxígeno es una buena razón
para dosificar el silencio
no su ausencia
y en silencio la muchacha embolsa
pequeñas raciones
de lo que quedó del día
entonces llega el frío
y no muy lejos más viditas inmundas
se frien como símbolo de reciprocidad
y mastico hojitasde coca
con la certeza de recuperar
temperatura
e identidad perdidas
la nieve del Illimani que se aglomera
en más parques
mientras busco más niños
que quieran jugar con mi hija
imagínate una ciudad
aderezada en el sudor
de tantas lenguas
una ciudad
que se recicla debería ser un auto
vestidos nuevos
baterías usadas
una ciudad
al borde
ando al borde de la realidad
subíamos al cielo
descendíamos al infierno
solo puedo dar fe del vértigo
razón tenía el maestro yatiri
debe tener el espíritu atrapado
en el fondo de una botella
palabras
de las hojas
de los tallos
de los pies
palabras envueltas en hojas
de plátano
el arenal es un espejismo
el altiplano
la luna
esta basura que se quema
se quema en mí
soy la pequeña que ve el mundo
desde la rueda de chicago
a falta de electricidad dos muchachos
le ayudan a alzar vuelo
todo está a medio hacer
a medio destruir
o en medio camino de algo
una ciudad que se recicla
trozos de sangre que a estas horas
llamaré sol
luego aparecerán
las estrellas
trozos de hielo
parroquianos y comerciantes intercambiarán
algo más que autopartes
y cadenciosas miradas
la ilusión de la patria
que seguiremos bailando
alumbrados por la inquietud
de la diferencia
me deshago del mar que erosiona mi cuerpo
su tubería de espuma
la arena que me impide batirme con estas montañas
que empiezo a contar
subo a nacer
y apenas si puedo levantar el cuerpo
de cuclillas echo lo que el pesado viento
del sur empuja
boto
lo que queda de mí
de baches y edificios
en algún lugar de tren expulso
y me extravío en el centenar
de piedras
que vuelvo a contar
Una mujer me vende
un candelabro
como si fuera una ilusión
esta es la postal del Cusco
que más recuerdo
dos niños se frotan el rostro
el vagón de turistas lleno
el quechua ininteligible
de la estación
más niños vendiéndome frutas y dulces
mientras mis mejillas
se aguijonean de nada
Aguas Calientes
la entrada a una disco
que no perderé
el e-mail del desconocido
que me tomó de la cintura
mientras intuía su rostro ensortijado
a las sombras
Alturas
véanme
un puñado de hojas de coca
entre los dientes
esta confusión
esta falta de equilibrio
*La fotografía corresponde a Eeva-Liisa Bahnaan.
Literatura Poesía Roxana Crisólogo Poemas Inéditos
hace semanas que me confundo
con el olor de las frituras
el aroma de las frituras
los hígados las entrañas
restos
que veo empequeñecer en un aceite magro
y agradezco con una sonrisa
desde hace días que prometí
comprarle cualquier cosa
a quien acepte jugar con mi hija
enséñenle a jugar fulbito
que empuje
que corra
que se eche al barro
que aprenda a respirar
que caiga
hace semanas
una muchacha me ofrece
un trueque a cambio de su amistad
y la falta de oxígeno es una buena razón
para dosificar el silencio
no su ausencia
y en silencio la muchacha embolsa
pequeñas raciones
de lo que quedó del día
entonces llega el frío
y no muy lejos más viditas inmundas
se frien como símbolo de reciprocidad
y mastico hojitasde coca
con la certeza de recuperar
temperatura
e identidad perdidas
la nieve del Illimani que se aglomera
en más parques
mientras busco más niños
que quieran jugar con mi hija
imagínate una ciudad
aderezada en el sudor
de tantas lenguas
una ciudad
que se recicla debería ser un auto
vestidos nuevos
baterías usadas
una ciudad
al borde
ando al borde de la realidad
subíamos al cielo
descendíamos al infierno
solo puedo dar fe del vértigo
razón tenía el maestro yatiri
debe tener el espíritu atrapado
en el fondo de una botella
palabras
de las hojas
de los tallos
de los pies
palabras envueltas en hojas
de plátano
el arenal es un espejismo
el altiplano
la luna
esta basura que se quema
se quema en mí
soy la pequeña que ve el mundo
desde la rueda de chicago
a falta de electricidad dos muchachos
le ayudan a alzar vuelo
todo está a medio hacer
a medio destruir
o en medio camino de algo
una ciudad que se recicla
trozos de sangre que a estas horas
llamaré sol
luego aparecerán
las estrellas
trozos de hielo
parroquianos y comerciantes intercambiarán
algo más que autopartes
y cadenciosas miradas
la ilusión de la patria
que seguiremos bailando
alumbrados por la inquietud
de la diferencia
me deshago del mar que erosiona mi cuerpo
su tubería de espuma
la arena que me impide batirme con estas montañas
que empiezo a contar
subo a nacer
y apenas si puedo levantar el cuerpo
de cuclillas echo lo que el pesado viento
del sur empuja
boto
lo que queda de mí
de baches y edificios
en algún lugar de tren expulso
y me extravío en el centenar
de piedras
que vuelvo a contar
Una mujer me vende
un candelabro
como si fuera una ilusión
esta es la postal del Cusco
que más recuerdo
dos niños se frotan el rostro
el vagón de turistas lleno
el quechua ininteligible
de la estación
más niños vendiéndome frutas y dulces
mientras mis mejillas
se aguijonean de nada
Aguas Calientes
la entrada a una disco
que no perderé
el e-mail del desconocido
que me tomó de la cintura
mientras intuía su rostro ensortijado
a las sombras
Alturas
véanme
un puñado de hojas de coca
entre los dientes
esta confusión
esta falta de equilibrio
*La fotografía corresponde a Eeva-Liisa Bahnaan.
Literatura Poesía Roxana Crisólogo Poemas Inéditos
5 comentarios:
Saludos y felicitaciones.
bella poeta y más bellos e intensos aun sus poemas
Gracias por la lectura y por los comentarios a estos bellos poemas.
que buenos poemas, yo también me mareo en la altura
los poemas forman parte de un libro?
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