jueves, 11 de junio de 2009

MÚSICA CALLADA

“Descubre tu presencia,
y máteme tu vista y hermosura;
mira que la dolencia
de amor, que no se cura
sino con la presencia y la figura”.


San Juan De La Cruz


Doy vueltas por la noche, intento abarcar la mirada que el mundo ha dejado para mí este día. Leo en la sombra y en la luz, las cosas de siempre y las otras que permanecen lejos, aquí adentro en mi corazón.

Desde allí, leo a Eduardo Chillida: “Un día soñé una utopía: encontrar un espacio donde pudieran descansar mis esculturas y que la gente caminara entre ellas como por un bosque”.

Esa utopía se llama Chillida- Leku, un espacio, un lugar, un paraje donde conviven cincuenta años de la obra de este escultor sin edad.


En este lugar, ha inaugurado hoy 'De música callada', un exposición en la que muestra 32 obras que entablan un díalogo esencial con la mística de los poetas San Juan de la Cruz, San Agustín y José Ángel Valente.

Como un río interior o como una presencia invisible pero rotunda, asoma Federico Mompou, quien creó música a partir del silencio:

“Esta música no tiene aire ni luz. Es un débil latir del corazón. No se le pide llegar más allá de unos milímetros en el espacio, pero sí la misión de penetrar en las grandes profundidades de nuestra alma y en las regiones más secretas de nuestro espíritu. Esta música es callada porque su audición es interna. Contención y reserva. Su emoción es secreta y solamente toma forma en sus resonancias bajo la gran bóveda fría de nuestra sociedad. Deseo que mi música callada, este niño recién nacido, nos aproxime a un nuevo calor de vida y a la expresión del corazón humano, siempre la misma y siempre renovando”.



Esta música que es silencio. Y silencio que es música y palabra al mismo tiempo. Un lugar en el mundo, para el mundo, para el ser. Dice Chillida:

"Yo soy de los que piensan, y para mí es muy importante, que los hombres somos de algún sitio. Lo ideal es que seamos de un lugar, que tengamos las raíces en un lugar, pero que nuestros brazos lleguen a todo el mundo, que nos valgan las ideas de cualquier cultura. Todos los lugares son perfectos para el que está adecuado a ellos y yo aquí en mi País Vasco me siento en mi sitio, como un árbol que está adecuado a su territorio, en su terreno pero con los brazos abiertos a todo el mundo. Yo estoy tratando de hacer la obra de un hombre, la mía porque yo soy yo, y como soy de aquí, esa obra tendrá unos tintes particulares, una luz negra, que es la nuestra."

Sobre la exhibición, se lee en el Diario de Noticias de Gipuzkoa que Chillida dijo, al inaugurarla que: "La música no podría existir sin silencio del mismo modo que la escultura no podría crearse sin vacío”. Y, según San Agustín: "la música es la ciencia de modular bien", para hallar la vía que conduce a Dios.

“Mi Amado las montañas,
los valles solitarios nemorosos,
las ínsulas extrañas,
los ríos sonorosos,
el silbo de los aires amorosos,

la noche sosegada
en par de los levantes de la aurora,
la música callada,
la soledad sonora,
la cena que recrea y enamora.”

Cuántos han bebido de estos versos que forman parte de “Cántico” de San Juan De La Cruz. Y siguen y seguirán haciéndolo. El mundo se revela a través de las palabras, que son música y silencio, antes y después: una forma inmutable que cambia y permanece más allá de la muerte.

José Ángel Valente, el poeta de “Fragmentos de un libro futuro” está igualmente en la muestra, hablando con el vacío, riendo y llorando con el silencio, caminando en voz baja por la ruta que nos lleva al tiempo del arte.

“Y todos los poemas que he escrito
vuelven a mí nocturnos.
Me revelan
sus más turbios secretos.
Me conducen
por lentos corredores
de lenta sombra hacia qué reino oscuro
por nadie conocido
y cuando ya no puedo
volver, me dan la clave del enigma
en la pregunta misma sin respuesta
que hace nacer la luz de mis pupilas ciegas”.



La interpretación de Musica Callada No. 1 de Federico Mompou es de Lorna Pollock, piano.

Para conocer más de Chillida-Leku hacer click aquí.

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