martes, 10 de marzo de 2009

MARÍA ZAMBRANO: CAMINO PROPIO

“Nada separa más a los hombres que aquello que esperan y la esperanza más difícil de abandonar es la que todavía no ha encontrado su argumento. La esperanza, a su vez, oculta y lleva consigo una necesidad, y si no encuentra su argumento hasta un momento determinado es porque ha de recorrer su camino propio, el camino por el cual el hombre en quien anida apura su prueba, su “experiencia”. Los más claros pensamientos no pueden en ocasiones ser aceptados porque ahorrarían una experiencia que debe ser vivida. Y en último término ahorrarían la vida misma”.


Escribió en su obra cumbre, "El hombre y lo divino", María Zambrano (Vélez-Malaga, 1904 – Madrid, 1991), quien fundó su vida en un mundo regido por el pensamiento filosófico y la poesía, con una libertad que la ubicó por encima de la cárcel de la historia, y la puso a caminar libremente por un camino personal, único, incomparable. Las siguientes noticias son una especie de homenaje por el Día Internacional de la Mujer, que en verdad, de alguna manera, es todos los días. Porque muchos le debieron mucho, porque muchos le seguimos debiendo mucho. Ella, como lo señaló en su discurso al recibir Premio Cervantes 1988, en algún lugar del futuro, sigue “buscando la palabra perdida, la palabra única, secreto de amor divino-humano. La palabra tal vez señalada por aquellas otras palabras privilegiadas, escasamente audibles, casi como murmullo de paloma:

Diréis que me he perdido,
Que andando enamorada,
Me hice perdidiza y fui ganada
.”


Primer camino




Segundo camino

3 comentarios:

Luis Eduardo García dijo...

Hola Juan Carlos,
qué interesante tu blog.
Un abrazo,
Luis Eduardo

Luis Eduardo García dijo...

Hola Juan Carlos,
muy interesante tu blog:
los temas que tocas, la forma en
que están redactados los textos
y, sobre todo, la admiración
por determinados autores
como María Zambrano.
Un abrazo,
Luis Eduardo

Juan de la Fuente Umetsu dijo...

Gracia, poeta, viniendo de usted es realmente un halago.

En realidad se trata de intervenir de alguna forma en ese diálogo de todos los día que entablamos en secreto, en soledad o acompañados, mientras el mundo sigue su marcha, dentro y fuera de nosotros.

Un abrazo,

Juan Carlos