lunes, 8 de octubre de 2012

Dos poemas de Yehuda Amijai (Würzburg, 1924 – Jerusalén 2000)



EL QUE DEJA LO QUE AMA

El que deja lo que ama,
sacará sus cosas a la ventana
y dirá, es todo lo que tenía.

Al que deja lo que ama
le ocurrirán milagros al revés
el vino se volverá sangre
y el pan piedra
y el Mar Rojo no se abrirá a una nueva vida
sino que se quedará intacto, como un recuerdo
infranqueable en el que se ahogará.



JULEYCAT - EL TERCER POEMA SOBRE DICKY


En estas colinas incluso las perforadoras de petróleo 
son ya recuerdo. Aquí cayó Dicky,
era cuatro años mayor que yo y fue para mí como un padre
en momentos de pena y angustia. Ahora lo recuerdo
como un hijo joven, porque soy cuarenta años mayor que él.

Y ustedes, que recuerdan sólo rostros,
no olviden las manos tendidas
ni los pies que corren ligeros
ni las palabras.

Acuérdense que también la salida a las terribles batallas
pasa siempre a través de jardines y ventanas
y niños que juegan y perros que ladran.

Acuérdense y recuérdenle a la fruta que ella hizo inclinarse
a las hojas y a la rama,
rencuérdenle a las duras zarzas 
que fueron blandas y verdes en primavera,
y no se olviden que también el puño
fue una vez una mano abierta y dedos.

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