lunes, 20 de julio de 2009

LA BELLEZA NO ES UN LUGAR

La madrugada me sorprende más allá del tiempo, miro mi libro en la pantalla de la computadora, las imágenes me desbordan.

No obstante la naturaleza de su fluir, apenas las alcanzo a percibir realmente, pues sólo las veo en forma irreal.

Estoy frente a mi hijo de papel mirando el mundo que se escribe a todas horas a pesar mío y de todos.

Sin embargo, fugazmente intento adherirme a la hora suprema. Les dejo estas huellas de mi tránsito por el mundo, mientras la madrugada sigue en pie, en mi piel.



POEMAS INÉDITOS DE JUAN CARLOS DE LA FUENTE



(Origen)

No saber
no pensar que esta luna
que esta calle
se levantan sobre ti sin piedad
para alcanzarte antes de que empieces
a salirte del mar y llegues
a nosotros
desierto.


(Puente)

Escucha cómo bulle el río
cómo se enreda en tus cabellos
y baja por las calles
llevándose tu sueño
para que nos toque a todos.


(Puertas)

Entrar en la noche como en una mirada.
Aferrarse a ella, a sus caminos bloquedados,
a sus pasadizos sin final, a sus estrellas
en el piso, a sus astros en las paredes,
a sus aguas sumergidas en el polvo,
en la raíz, en las hojas de tus huellas.
Y seguir como un milagro que no acaba
hasta saber que ya no existe la partida
y sólo es cierto este regreso.


(Voces)

Escribe la noche que pasa sin ningún atavío
y se contagia de una sed extrema, de un latido.

Luz salvaje para tus ojos de camino.
La verdad se rompe como el aire entre tus manos.

Recuerdo de ave grabado en la sombra,
donde un ojo se abre mientras otro se pierde.


(Sombras de luz)

Reflejo del aire
en la pared
otra pared crece
como el viento
y como el viento
se va
a crecer en otro mundo.


(Otra vez el río)

Eres el mismo río de mi infancia:
oscuro a mediodía, luminoso de noche.
Te he escuchado llegar, he intentado hablarte,
he perseguido tu voz.
Y al nacer, he muerto.


(Preguntas y silencios)

¿Qué hay adentro?
Un hombre solo.

¿Qué hay afuera?
Una calle vacía.

¿Una calle sola?
¿Un hombre vacío?


(Lago)

Busco mis pasos como otros
buscan peces.


(Casa)

He aquí la noche
que cae
dentro
de la noche
en la que
habitas tú,
que sólo
eres el día.


(Dos crímenes de ilesa humanidad)

1


La luz entró
como un disparo.

Mi corazón era la luz.
Mi corazón era el disparo.

2

¿Elige el río su fluir?
¿Elige el cuerpo su lugar en el mar?
¿Elige otro río?
¿Se seca en el sol
O en su desierto interior?
No sé, mi mano
Aprieta el gatillo del aire.
Y encuentra un destino
O una estrella,
Mientras levanta el cadáver de una palabra.


(Del libro inédito: "La belleza no es un lugar").

*La foto es una adapatción de Jerry Uelsman.

4 comentarios:

ÁNGELES DEL PAPEL dijo...

(Otra vez el río)... este poema me ha gustado mucho

Anónimo dijo...

La madrugada me sorprende más allá del tiempo, miro mi libro en la pantalla de la computadora, las imágenes me desbordan.

No obstante la naturaleza de su fluir, apenas las alcanzo a percibir realmente, pues sólo las veo en forma irreal.

Estoy frente a mi hijo de papel mirando el mundo que se escribe a todas horas a pesar mío y de todos.

Sin embargo, fugazmente intento adherirme a la hora suprema. Les dejo estas huellas de mi tránsito por el mundo, mientras la madrugada sigue en pie, en mi piel.


-Lo volvi a copiar...para recordarlo...

Increible...
solo puedo decir PERFECTO!
Joan..

Juan de la Fuente Umetsu dijo...

Gracias Michael. Gracias, poeta.

Juan de la Fuente Umetsu dijo...

Gracias, Joan, muchas gracias...