lunes, 17 de septiembre de 2012

Poemas de Mario Morquencho (Piura, Perú, 1982)



En exclusiva publicamos un adelanto de Un mar alcoholizado, próximo libro que publicará Mario Martín Morquencho León, poeta nacido en Los Órganos, Piura en 1982.


Morquencho vivió toda su niñez y adolescencia cerca al mar, en su distrito natal. Al terminar la educación secundaria se trasladó a la ciudad de Trujillo, donde estudió la carrera técnica de Contabilidad. Empezó a escribir y publicar poemas en distintas webs de poesía. Radica en Lima desde el 2006. Formó parte del colectivo Heridita (Lima) y participó en el Grupo Literario Signos (Lambayeque). Ha participado en distintas ferias y recitales de poesía. En el año 2010 publicó Ciudadelirio, bajo el sello Sol Negro editores




4

Aquí trasbordan mi cuerpo
desde las profundidades del amanecer
sobre este mar donde bailan los barcos desolados
             viene el Santa Lucía con mi tonelada muerta
             enredado y carcomido por
             los peces fosforescentes del amor

Aquí llega mi cuerpo pálido y plateado
                                          no azul como el cielo
                                    sino verde hastiado por el sol
                             mis ojos grises de orfanato de sirenas
                              mi frente de Poseidón desmenuzado

                   Aquí bailan los barcos desolados del amor
                   en los aires gallinazos de rojiza cabecera
                           se rigen mis tripas descompuestas
    se ennegrecen las nubes en cada parte de mi cuerpo
mientras el Santa Lucía ancla la soledad cerca al muelle
apagan el motor los corazones y las chalanas obedecen
                       la triste canción de la marea

Proas cortan la danza de la marejada
el sol a estribor desierto cruza
las espaldas desnudas de los pescadores
que observan desde el puente
mi cuerpo vencido
con la barba de San Pedro desempleado
con el corazón a babor expuesto a la mañana
   mi corazón   que es un barco solitario
                        que baila en medio de la nada
   mi corazón   que mece el sueño de las aves
   mi corazón   que es una luna escamoteada

Ahora que ya no me sirven las agallas
       ni pesa tu mirada en mis escamas
ya no hay un Divino Cristo que me salve
sólo el canto de los barcos desolados:

                                             manicomio de tu voz
                                             a la hora del ocaso


 14

Te ocultas bajo sábanas de incienso
 con tu hombro lleno de moluscos
  tu hombro diestro besado por el mar
   por aves guaneras que apenas
    te veo apenas:
    piel salada
    roca de ensueño
¿a qué hora te levantarás bronce durmiente?
     cuando el sol exhale el incienso
tus cabellos    tu rostro     tus sueños
no dejarán de escabullirse en el fondo
a qué hora te levantarás pedacito de mujer heroica
                    amante del profundo frenesí oceánico
a qué hora vas a parpadear exiliada emoción de encanto
                    cadera solitaria de lo inesperado
verte incorporar al mundo como resorte de algas
ver crecer niágaras desde tus senos verdes
 ver desprender peces desde tus vírgenes ojos
  ¡todo podría suceder cuando la tarde llegue!
    y dejarás corales conquistando tus manos
    una cueva que albergue todas las corrientes
    un paisaje para el amor la soledad y el arte
    porque estás entregada al mar
                  enamorada del oeste
     ultrajada por la melancolía de un barco fugitivo
                              que todos los días esperas
porque la esperanza sigue anclada a tu corazón desconocido
                      y te ha convertido:

                                                en una isla


15

Deja que salga
que la nausea matutina no lo agobie
      escucha la tronazón de la marea
      el aguacero desatado en la cabeza
deja que se levante
       se lave la cara
irrumpirá en la realidad como las nubes
      deja que está a tiempo
      de refregar sus ojos aún nocturnos
la sed descalza que le anda en la garganta
              es un pueblo a pie por el desierto

Déjalo… ya irá

primero que se busque
se encuentre en pleno tropezón del equinoccio
           caiga de la cama unas cien veces
           observe en el espejo
           la penumbra elástica del rostro
           y las ojeras de pie sobre las dunas
déjalo que sufra
se pueble de espinas
           una ola lo revuelque
           y sienta el remezón de la corriente
           mano que lo samaquea hondo
no importa
se dará cuenta que pierde todo
le gritarán la verdad en la cara
      inmaduro
              atorrante
                     bacancito
      d    e    s    p   i    e   r    t    a

se hará el incomprendido
mar agitado que despierta a cada rato
cielo que se encoge y que se estira
llanero solitario sobre una tabla de surf

                                                    y la rebelión
explosión que exponen sus ojos rojos y saltones
                                                       lágrimas
lluvia que se cuela por los agujeros de la calamina
polvo que traspasa la celosilla de los sueños
ordena cerrar los ojos al crepúsculo
ciego albatro que se estrella contra el cerro

              escucha el ala rota
la cuerda oscura entre los trópicos
el ventarrón que cría una carraspera
ahógate       arrástrate     convéncete
        intérnate en los chicheríos
           encuentra a tus amigos

señora Vilma… una jarrita de chicha
           que adormite la tristeza    la rabia
   el animal desmembrado en la basura

                       pasa el poto
                  chupa   ríe   canta
  báilate con la doña esa cumbia de moda
                      luz libertina
                     crepita dentro

                        oh vaivén
                          repítete
                     reprime el frío
                   la ausencia solar
                       el silencio
            paciente pescador al borde:
    s á c a l e l a n z u e l o a l b a g r e
                          corre
                          huye
                 escarba en la arena

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